¿Phoenix si o Phoenix no en Sepsis Pediátrica?
Balance al año de la publicación del nuevo Consenso
Hace exactamente un año se publicó en JAMA el nuevo consenso de Sepsis Pediátrica y un nuevo Score quedó disponible para su uso. El impacto editorial y en la conversación mundial fue tremendo. Entre los cinco artículos más leídos en una de las “big 5” como JAMA hay dos artículos pediátricos: el Consenso propiamente dicho -que tuvo más de 200.000 visualizaciones- y su validación liderada por Nelson Sánchez-Pintos. Bravo.
Phoenix propuso decirle chau chau a SIRS y focalizarse en aquellas infecciones que llevan a daños orgánicos. Era algo que se venía venir. Lo discutimos con B. Pyñeres y Camilo Jaramillo (uno de los autores de Phoenix) en un artículo hace un tiempo donde criticábamos la forma en que se definía la propia Sepsis y el cambio que hicieron los adultos en 2016 con Sepsis-3. Algún cambio había que hacer. Y se hizo. Phoenix fue la Sepsis-3 en niños.
Phoenix no estuvo (ni está) exenta de críticas. Todas bienvenidas.
Desde el editorial que nos invitaron a realizar para JAMA (junto a R Jabornisky y N Kuppermann) analizamos algunas de las debilidades y críticas probables que podrían llegar. Phoenix fue hecho principalmente por intensivistas y con el foco desde intensivos con los sesgos correspondientes. Y aunque fue validado en datos, la fuente principal fue de centros de altos recursos. Otro sesgo enorme. Un interesante análisis con mirada latinoamericana de Phoenix que recomiendo leer lo hicieron en Critical Care Science V Lanziotti y cols.
Hubo discusiones editoriales posteriores que fueron publicados en la propia JAMA. ¿Cómo funcionaría Phoenix en países pobres? ¿Y en el departamento de emergencias? Otros intensivistas salieron al cruce alertando de que podía haber Sepsis no-Phoenix y que los clínicos debíamos recordarlo. Y aunque asumen que Phoenix va en la dirección correcta, criticaron que no tenían en cuenta criterios de disfunción renal por ejemplo -que sí tenía Phoenix 8- en lugar del que decidieron poner al final con 4 variables finales para escorizar. O que incluir las criterios de disfunción hematológica era difícil de aplicar en países pobres.
Hace sólo un año de Phoenix y era esperable que no todo fuera color de rosas. Suelo pensar que -a menos que lo imponga un laboratorio- las implementaciones de los cambios en el queahcer clínico (cambiar las prácticas) lleva como 10 años. Los humanos somos rehacios al cambio a pesar de que el cambio fue lo que nos llevó a conquistar el resto de los seres vivos del planeta. Esperemos que esta vez no tarde tanto y que definamos si sirve o no sirve, en donde y cuando. Phoenix fue un trabajo sólido y con un grupo de colegas abiertos a las discusiones y por ende al cambio. No es menor saberlo.
Ayer como aniversario tuve una riquísima charla con Camilo y Nelson que recomiendo ver o escuchar. Fue la reedición con dos de los padres de la criatura como la que hicimos en 2024 recién nacido Phoenix y que también pueden ver aquí. En esta de 2025 los escucharán comentando qué recepción tuvieron, cómo lo hacen en sus hospitales y lo que se vienen en el futuro. Imperdible.
Todas estas discusiones son sanas.
El camino de Phoenix sigue con fuerza. Cambiar es sano. El camino ya comenzó (como era esperable) en países ricos. Recién se publicó su validación externa en servicios de transporte hospitalario de Gran Bretaña. El editorial acompañante está interesante. Afortunadamente en latinoamérica estamos en la misma ruta con lo que seguramente sea el estudio epidemiológico más grande a la fecha de Sepsis: el SPREAD-Ped. Ya terminó su colección de datos y esperemos antes del segundo aniversario de Phoenix sepamos el alcance de este score en nuestros contextos.
¿Qué hago yo en mi práctica desde Phoenix? En nuestro hospital a Phoenix lo discutimos todo el año 2024 en múltiples formatos. Hemos visto Sepsis no-Phoenix y otras Sepsis que antes etiquetábamos como Sepsis que hoy sabemos que no eran. O al menos pensamos que no eran. Algo de esos hablé ayer con Camilo y Nelson. De hecho creo que Phoenix bajará la prevalencia global de Sepsis pues aunque el problema es enorme en todo el mundo, al hacer foco en definir Sepsis como aquellos que tienen disfunción orgánica los casos de Sepsis bajarán en los conteos.
Para ser sincero Phoenix no me hizo cambiar mis prácticas. Al menos eso pienso. Sigo tratando a niños con infecciones graves más o menos igual que pre-Phoenix. De todas formas yo trabajo fuera de emergencias y en un centro de altos recursos. Soy bastante ateo en lo que tiene que ver con guías que nunca las uso como mandamientos. Tampoco hay datos todavía que digan que Phoenix ayudó a sobre o infradiangosticar, a sobre o infratratar. Nada extraño. Phoenix es muy jóven aún. Todavía no vi la señal de hacia donde hay que ir tan claramente.
Phoenix seguirá dando que hablar. Como avisamos en 2024 no es sencillo el arte de simplificar lo complejo. Seguramente algún otro Phoenix resurgirá de las cenizas de éste una vez que decidamos dejarlo. Porque eso sucederá. Y eso es sano. Por ahora, esto es lo que tenemos que en mi barrio es Fénix con F.
Les dejo de regalo la traducción autorizada de Phoenix al español (cedido por R Jabornisky y C Jaramillo):